¿Por qué es importante esta evaluación?
Los trastornos perinatales del estado de ánimo y de ansiedad (PMAD), como la depresión posparto y la ansiedad posparto, son una de las complicaciones más comunes relacionadas con el embarazo y afectan hasta a 1 de cada 5 nuevas madres (y esas cifras son significativamente mayores entre las madres con un nivel socioeconómico bajo). Atendemos a mujeres a diario por estas afecciones tratables.
Los trastornos perinatales del estado de ánimo y de ansiedad son más comunes que muchos otros problemas de salud relacionados con el embarazo, como la hipertensión gestacional, la diabetes gestacional y la preeclampsia. Sin embargo, a diferencia de esas afecciones, para las cuales las mujeres son examinadas, diagnosticadas y tratadas periódicamente, estos generalmente no se reconocen y a menudo no son diagnosticados. Hay muchas razones para esto, incluida la poca conciencia pública sobre ellos y el arraigado estigma de la salud mental, pero un elemento crítico es la falta de exámenes de detección en entornos de atención médica oportunos.
Un estudio publicado en "Pediatrics" en septiembre 2017 muestra el impacto potencial de los exámenes de salud mental posparto. Investigadores de los Países Bajos estudiaron a 3.000 mujeres en posparto que recibían atención de bienestar infantil. Del total, 1.200 participaron en visitas estándar sin un examen formal de salud mental, y 1.800 fueron examinados para detectar depresión posparto en las visitas de uno, tres y seis meses. Aquellos que dieron positivo en la prueba de depresión mayor o menor (lo que significa que es necesaria una evaluación adicional) recibieron asesoramiento sobre tratamiento y/o derivaciones a un proveedor de atención primaria o de salud mental.
Todas las mujeres fueron evaluadas para detectar depresión en la visita de nueve meses de su hijo. Las mujeres del grupo de detección tenían un 60 por ciento menos de probabilidades de padecer la afección que las del grupo de control. También mostraron una mejora en sus síntomas de ansiedad, confianza como padres y funcionamiento de su salud mental en general. Estos hallazgos respaldan la eficacia de la detección estandarizada de la depresión posparto en las visitas de control infantil.
Ese período de tiempo brinda a los pediatras una oportunidad única de examinar a las mujeres para detectar dichos trastornos en múltiples momentos durante el período posparto y monitorear a sus hijos para detectar posibles efectos negativos.
Los pediatras preguntan habitualmente a las madres sobre los factores de riesgo para la salud de los niños en el entorno doméstico, como la exposición al plomo y tabaco y sobre el uso de sillas de coche. Los Los pediatras preguntan habitualmente a las madres sobre los factores de riesgo para la salud de los niños en el entorno doméstico, como la exposición al plomo, el tabaquismo y el uso de sillas de coche.
Los trastornos no tratados también son un factor de riesgo de resultados negativos para la salud de los niños. Aumentan la probabilidad de que un niño tenga un deterioro del desarrollo cerebral temprano o problemas de salud física, cognitiva o conductual. Además, es menos probable que las madres que los experimentan y no reciben tratamiento lleven a sus hijos a todas las visitas de atención médica preventiva o tomen medidas de salud preventivas, como usar asientos para el automóvil.
Pero cuando el bienestar de una madre mejora después de un tratamiento eficaz, se reduce el riesgo de que su hijo sufra trastornos de salud mental y conductual. Es por eso que la Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que los pediatras examinen a las madres para detectar depresión posparto en las visitas rutinarias de control del niño.
La evaluación no requiere que quien la administra haga un diagnóstico o prescriban un tratamiento, solo deben administrar un cuestionario y derivarlo a un proveedor de atención médica adecuado y luego realizar un seguimiento con la madre.
Varias herramientas de detección están disponibles en línea de forma gratuita. La Escala de Depresión Postnatal de Edimburgo y el Cuestionario de Salud del Paciente son los dos más utilizados. Ambos son breves, fáciles de administrar y sencillos de calificar e interpretar. Lo más importante es que brindan una herramienta poderosa para mejorar la salud de toda la familia.